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Los arrecifes de coral: ¿Posmodernidad a principios de siglo?

¿Se puede encontrar un texto totalmente puro? ¿Totalmente original? ¿O quizá toda la ficción posible está escrita y los autores se deben limitar a seguir el camino que ya dejaron trazado otros antes? Estas preguntas son comunes en los artistas desde mediados del siglo xx. Las corrientes postmodernas defienden la transtextualidad y la creación deja de ser cosa de uno para convertirse en un laberinto de referencias, conscientes e inconscientes. La cultura pop se transforma en algo inevitable que se abre camino en la literatura con intención de quedarse.

En un momento en el que los fanfics, los retellings y los crossovers triunfan como fenómenos de ventas, ¿quién iba a pensar que ya a primerísimos de siglo el joven Quiroga estaba cultivando estos géneros en sus relatos y poemas? Pero sí. Un siglo antes del apogeo de internet y medio antes de que las ideas postmodernas tomaran fuerza en la literatura, un jovencísimo uruguayo rompía con los valores modernistas y, entre otras técnicas, usó la hipertextualidad como arma predilecta.

Para escribir Los arrecifes de coral, Horacio Quiroga tomó como referentes a sus ídolos (Poe, Baudelaire, Mendés…) y como si de un bloguero fanboy se tratara, tomó prestados sus personajes y aventuras para reescribirlas a su modo, darles un final alternativo o incluso encontrarlos con sus propios personajes. Y no se conformó con eso nuestro poeta, sino que quiso ser tan rompedor, tan políticamente incorrecto, que hasta se atrevió a utilizar al mismísimo Jesucristo como protagonista de sus cuentos, situándolo, entre otras, en el París decadentista. Ni la Biblia se salvó de sus fanfics.

Y no solo sorprende la transtextualidad, sino que sus recursos formales, la experimentación metaliteraria y la fusión de géneros (prosas poéticas, microrrelatos, poesía y cuentos en una sola obra), dejan claro que el joven poeta tenía grandes aspiraciones y que iba a llegar muy lejos con su literatura.

La obra no tuvo mucho calado en su momento, pero ¿cómo había de ser, si se estaba adelantando medio siglo a los gustos literarios? Los arrecifes de coral tiene mucho de decadentista, pero también tiene mucho de posmoderna, claro que esto Quiroga no lo podía sospechar en su momento. En una época en la que el Modernismo todavía pisaba fuerte, esta obra apareció como una contrahechura, un escándalo, como tantas genialidades que se adelantan a su tiempo. Pero ahora, que sabemos en quién se convirtió este joven escritor que lanzaba su primera obra en 1901, esta obra no hace más que ratificarlo, pues con poco más de veinte años, ya apuntaba maneras de genio. El futuro autor de los cuentos que han dejado sin habla a las letras hispanas. Horacio Quiroga.

 

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